Esta metodología nace en los años 50 del siglo pasado de la mano de los fabricantes de coches japoneses Toyota. Es en los 80 cuando se exporta a Europa.
Su intención principal era crear valor para el consumidor final, con lo que la estrategia se basaba en la búsqueda de todas aquellas oportunidades de mejora; esto es, crear una estrategia de mejora continua sin atender al beneficio y sí al valor de producción.
LEAN es una filosofía de trabajo basada en las personas que precisa la forma de mejorar y optimizar una manera de trabajar, pone la atención en la identificación y eliminación de todo aquello que no aporta valor (mudas o desperdicios. Identifica varios tipos de desperdicios:
sobreprocesos, tiempo de espera, excesivos movimientos materiales o de personas, defectos, etc.
Esta filosofía despliega una aplicación sistemática y habitual de un conjunto de técnicas y herramientas que cubren, prácticamente, la totalidad de las áreas operativas: organización de los puestos de trabajo, gestión de la calidad, mejora de los procesos y motivación e implicación del personal.
El secreto no está en el nombre de la filosofía sino en la actitud persistente en el tiempo de perseguir e implementar acciones de mejora y eliminación de actividades que no aporten valor al cliente, con pleno apoyo de la dirección y de empleados, adaptadas a las circunstancias específicas de cada empresa, para el incremento de la productividad, mejora de la calidad del servicio y reducción de costes.
LEAN no es simplemente un conjunto de herramientas, supone un cambio cultural y una orientación hacia la mejora continua. No es algo que se pueda delegar, nace de todos y cada uno de los empleados y debe estar alineado con la estrategia de la empresa. Lean se aplica a todos los procesos.
Esta metodología se aplica en Correos desde 2014. En el año 2016 se había implantado en 28 unidades operativas y permitió una mejora en la productividad equivalente a 58.400 horas de trabajo anuales.